Este texto aparece en un fanzine editado por el colectivo Erreakzioa-Reacción con motivo de la propuesta Erreakzioa-Reacción. Imágenes de un proyecto entre el arte y el feminismo en el MUSAC de León. Junto con el fanzine, Erreakzioa-Reacción presentan también una instalación para el espacio Vitrinas del museo en la que revisan su trabajo desde 1994, a caballo entre la práctica artística, la teoría y el activismo feminista. Todo ello ocurre de manera simultánea a la exposición colectiva Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 que puede visitarse hasta el 6 de enero del año que viene. 

En él, como se aprecia en el título, regreso a uno de mis básicos, el cruce entre tecnología y feminismo, para intentar responder a algunos de los interrogantes contenidos en la sentencia que lo abre: "No se puede ser ecofeminista y ciberqueer al mismo tiempo"

Es esta una disyuntiva falsa y que nos limita. Pero una disyuntiva a la que se llega sin demasiada dificultad manejando las teorías que hoy muchas de nosotras tenemos bajo nuestras manos. ¿Necesitamos más teorías? En mi opinión, nos sobran. Tal vez lo que nos hace falta es formular otras preguntas, añadir nuevos elementos a las preguntas que ya tenemos, revisar los elementos que se nos han quedado viejos (y descartarlos sin complejos), cambiar de aires, cambiar de prioridades o cambiar de vocabulario. 

No consigo nada de esto, ni de lejos. Modestamente intento un despeje de terreno (para uso propio, en primer lugar) aún a riesgo de pringarme de barro hasta las rodillas, que es lo que acabo haciendo al final. 

Necesito y agradezco feedback. 

El texto se lee aquí mismo y se descarga pinchando en el título: