Dedicado a todos los que nunca irían a una manifestación: Happy Recession!
miércoles, abril 29, 2009 by ptqk
miércoles, abril 29, 2009 by ptqk
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martes, abril 21, 2009 by ptqk
Nuestra preocupación por los recientes artículos en prensa que informan del cese de la directora de la sala Rekalde se ha ido tornando en indignación y bochorno al ver la manera en la que están derivando en una campaña mediática de descrédito del programa de la sala y, de paso, de la propia idea de arte contemporáneo como espacio de reflexión crítica. La coartada que parece cobijar este desdén hacia el arte contemporáneo es la idea, pertinaz en la opinión mediática, creciente en la sociedad y demasiado frecuente entre algunos gestores públicos de la cultura de que la valoración del arte es relativa, cuando no arbitraria, así como ponderable en términos de popularidad contable. En el arte contemporáneo hay mecanismos de análisis, debate, consolidación y validación tan legítimos (y, por otra parte, tan especializados) como en cualquier otro espacio de saber. Esto aconseja que a la hora de evaluar o emitir juicios se tengan en cuenta los aspectos específicos del propio sistema del arte, si se persigue alcanzar un mínimo de racionalidad y eficacia.Gracias a Ricardo Antón por mantenerme cerca en la distancia.
Necesariamente, hay opiniones abiertamente opuestas en el análisis y debate que valida el arte, porque el arte es precisamente un ámbito donde la permanente crítica de los métodos y discursos de validación es condición necesaria. Es, pues, no sólo legítimo sino deseable someter a crítica este programa y los parámetros de éxito que lo han hecho relevante. Pero también hay que exigir un mínimo rigor a la crítica. La valía del programa llevado a cabo por la sala Rekalde en los últimos años es un hecho constatable, contrastado y avalado por muchas de las instituciones y los profesionales nacionales e internacionales más destacados del ámbito del arte.
Quizá sea necesario recordar que el lugar que ocupan los centros como Rekalde es aquél en el que los comportamientos críticos aún no canonizados por una inevitable institucionalización producen la realidad discursiva de la que se nutre todo el entramado de la cultura contemporánea. Estos centros están volcados a la parte de “producción cultural”, a diferencia de otro tipo de equipamientos más dirigidos a la de “consumo cultural”. Las nociones de “producción” y “consumo” exigen dinámicas muy diferentes por parte del espectador. Por ello, es inadecuada cualquier valoración de la eficacia social de la sala Rekalde a partir de criterios estadísticos en los que se compara su número de visitantes con, por ejemplo, el del museo de BBAA de Bilbao o el Guggenheim. Lo es porque cada uno de estos equipamientos responde a dinámicas y objetivos radicalmente diferentes. Por otro lado, ¿de dónde surgirán los artistas que nutran a esos lugares dedicados al consumo cultural, si no es de lugares de producción experimental, necesariamente mucho más minoritarios?
Es por tanto esa “producción” y su estructura las que corresponde evaluar: ¿necesita la sociedad estructuras de producción como la descrita o, por el contrario, la apuesta consiste en promover exclusivamente políticas de medidas para incentivar el consumo, sea cultural o no? Si adoptamos una visión sistémica de la cultura, algo que es exigible a la responsabilidad de toda política cultural en condiciones contemporáneas, no podemos pasar por alto la importancia de este tipo de producción para la salud de todo el sistema. Una política cultural que apueste por el modo de producción experimental se define por su apoyo a un sistema social en constante cambio donde la diversidad es el pilar fundamental, porque, como se sabe, el sistema vive y se regenera en la producción incesante de diferencias.
La contextualización de todo este proceso en parámetros de polémica ideológica, a través de la alusión a la obra retirada el pasado año del certamen Ertibil, es falaz y cumple, mediante la demagogia, la sola función de anatemizar ante la opinión pública la propia idea del arte como agencia crítica. Es irónico, además, que Ertibil sea precisamente un certamen que no forma parte del programa de la sala sino que se aloja allí a iniciativa de la Dirección de cultura de la Diputación.
Lo que una vez más confrontamos tras esta operación de descrédito es la fragilidad de las estructuras culturales públicas ante la oportunidad política o la irresponsabilidad mediática. Una fragilidad que será endémica mientras no se establezcan y apliquen códigos de buenas prácticas en el ámbito de las artes visuales que garanticen que los profesionales puedan realizar su quehacer y que éste sea debidamente examinado y evaluado por conocimiento experto. Ésta es una de las cuestiones centrales de un debate largamente demorado y siempre pendiente sobre las políticas culturales.
Por todo lo dicho y ante el clima generado por el cese aún no comunicado oficialmente de la directora de la sala, reclamamos de la Diputada de cultura de la Diputación de Bizkaia un gesto de desagravio. Éste deberá dejar fuera de toda duda la solvencia del programa llevado a cabo en Rekalde y de la comunidad del arte como ámbito profesional y de conocimiento que en su extrema pluralidad mantiene una innegable seriedad y un demostrable prestigio, al tiempo que reafirmamos nuestro posicionamiento de total desacuerdo con la puesta en peligro de un espacio de producción contemporánea, de los cuales estamos tan escasos. En este sentido, los y las abajo firmantes, junto a un nutrido grupo de profesionales, estamos trabajando en una declaración del sector que haremos pública en breve.
Este escrito, firmado por profesionales que representan distintos ámbitos y sensibilidades del sector del arte, circula desde este momento sumando adhesiones de la comunidad artística nacional e internacional a través de la dirección de mail rekaldeadhesiones@gmail.com.
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miércoles, abril 15, 2009 by ptqk
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domingo, abril 12, 2009 by ptqk
“Las mujeres viejas estamos en la primera linea en todas las cuestiones de justicia social, no sólo las que se supone que nos afectan de forma más directa como la sanidad o los servicios sociales. Nuestro objetivo es acabar con nuestra invisibilidad y con las actitudes discriminatorias que nos ignoran, nos banalizan y nos degradan. No hablamos de respeto, porque el respeto muchas veces está teñido de condescendencia. Hablamos de igualdad.”
El edadismo está muy interiorizado, incluso por personas que en otras cuestiones son progresistas y entre los propios viejos. Está tan metido en nuestros hábitos que ni siquiera sabemos reconocerlo.
Llevamos años en esto y sin embargo hay compañeros que nos siguen haciendo comentarios condescendientes como Veamos si estas señoras necesitan algo. Como si no pudiéramos ser más que personas dependientes.
Es una descripción fáctica, no un insulto. Mientras siga siendo humillante que te llamen vieja seguirá siendo humillante ser una vieja.Y también aquí el cuerpo es uno de los campos de batalla.
Se nos ha hecho creer que nuestros cuerpos son horribles y debemos avergonzarnos de ellos, que es natural que los otros sientan rechazo hacia nosotras y que todas las demás mujeres hacen cualquier cosa para no tener nuestro aspecto.
Hasta hace poco las mujeres sólo existíamos dentro de la familia, como madres o esposas. La esposa modélica de los años cincuenta era sumisa, dependiente e inofensiva. Con nosotras pasa lo mismo. Estamos reducidas a la figura de la abuela, aunque ni siquiera tengamos nietos.
Las mujeres llegamos a viejas sin saber nada sobre la invisibilidad y la exclusión con las que vamos a encontrarnos. Y lo peor: habiendo interiorizado todos los estereotipos sociales edadistas.
El poco poder que pueda obtener una mujer por ser joven lo pierde por cada año que envejece. La de 30 pierde poder por no tener 20, la de 40 por no tener 30, etc. El edadismo desempodera a todas las mujeres, cualquiera que sea su edad.
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miércoles, abril 08, 2009 by ptqk
El ideal de la felicidad siempre se ha materializado en la casa. Entre sus muros la familia se constituye en una célula aislada y afirma su identidad más allá de las generaciones. El pasado puesto en conserva en forma de muebles y retratos de ancestros prefigura un futuro sin riesgo. En la casa, ni el tiempo ni el espacio se escapan hacia el infinito sino que giran bondadosamente en círculo. En todas las civilizaciones fundadas sobre la propiedad inmueble hay una abundante literatura que canta la poesía y las virtudes del hogar. Esta es una preocupación específicamente femenina. El hombre considera los objetos que lo rodean como instrumentos, los dispone de acuerdo con el fin al que están destinados y no le interesa el interior porque encuentra una afirmación personal en sus proyectos. Su vida diaria le da acceso a todo el universo. La mujer sin embargo está encerrada en la comunidad conyugal. Para ella se trata de convertir su casa en un reino. Encierra entre sus muros la fauna y la flora, los paises exóticos, las épocas pasadas, encierra a su marido que resume para ella la colectividad humana y a sus hijos que representan, en forma portatil, todo el porvenir. Como un contra-universo, la casa se convierte en el centro del mundo e incluso en su única verdad. La casa es para la mujer el lote que le ha tocado en la tierra, la expresión de su valor social y de su verdad más íntima.
Hay pocas tareas que se parezcan más al mito de Sisifo que las domésticas. Día tras día, hay que fregar los platos, quitar el polvo, lavar la ropa. El ama de casa se limita a perpetuar el presente, no tiene la sensación de conquistar ningún bien positivo sino de luchar indefinidamente contra el Mal. Una lucha que se renueva cada día, un eterno presente inútil y sin esperanza. Todas las doctrinas de la trascendencia y la libertad subordinan la derrota del Mal al progreso del Bien. Pero la mujer no está llamada a construir un mundo mejor. La casa, la habitación, la ropa sucia, el parquet son cosas paralizadas y ella solo puede expulsar indefinidamente los principios nocivos que las atacan: el polvo, las manchas, la suciedad. Como si la vida no fuera más que promesa de descomposición. El gusto por las tareas domésticas proviene del deseo exasperado de reinar sobre un universo, de una exuberancia viva y de una voluntad de dominación que, a falta de objeto, cae en el vacio. Es también un desafio al tiempo, al universo, a la vida, a los hombres, a todo lo que existe.Y sigue Beauvoir con la relación entre las mujeres y la cocina (esa ciencia), pero lo dejo para otra ocasión.
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lunes, abril 06, 2009 by ptqk
Se podría considerar un documental didáctico pero no lo es. Es un encantador y lírico film de arte y una historia de intriga. And I cannot wait to see it."White on White" tiene un diario de viaje en formato blog:
Moscow is just monstrously big. Big and wide, fat, monstrous and low, brash and intimidating. Like a bulldog in a thong and heels. The Humvees and the money pumping. Times Square and Vegas scattered throughout the Soviet blocks. Parallel retro-future in the accelerated progress of decline: rusty caged elevators; padded double-doors; strange magnetic-coded locks; underground street-crossings so the traffic never stops. Every car is a taxi-cab: you hail down anyone and pay them to take you anywhere. The subways descend to howling depths and grand subterranean dance halls illuminated by Victorian and Nouveau tube lights and chandeliers. God was great; God was good; now we go to work. Over-sized garbage cans hurtling through the black future-tunnels. Underground, underground, all we all go down and live inside the night of the new life. The new light. The white nights. Light speed now.Y, si he entendido bien, estará del 23 al 28 de junio 2009 en el Festival Media Forum de Moscú.
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