The Story of White Trash

Pues ya he visto el famoso “The Story of Stuff” que tanto me habían recomendado. “The Story of Stuff” es un video escrito y presentado por la experta en comercio internacional Annie Leonard, que explica en 20 minutos cómo funciona la economía: la extracción de recursos naturales, la fabricación de bienes de consumo, la cultura del shopping, la obsolescencia programada y la (imposible) gestión de los miles de toneladas de trash que los white people producimos cada día.

Es verdad que está muy bien. Es sintético y conciso, con muchos dibujos, perfecto para niños y para adultos resistentes a la lectura. Es verdad también que es muy naif y muy yankee pero esto forma parte de su atractivo, y de su éxito blogosférico. Lo que más me gusta es que utiliza -¡dos veces!- una expresión que los teóricos de la nueva economía se empeñan en sacar del lenguaje común (como los malos de “1984” borraban las palabras peligrosas del diccionario). Economía material. Ahora lo que mola es decir que ya no producimos cosas, sólo conceptos, ideas, formas de vida, información, servicios intangibles... producción inmaterial. Como dice Leonard, eso es sólo una parte de la historia. La verdad es que seguimos rodeados de trastos, que no queremos saber de dónde vienen ni cómo se producen, ni cómo se consigue la energía con la que funcionan, ni a dónde van a parar cuando los desechamos porque ya no hacen juego con nuestra identidad posmoderna, cambiante, de usar y tirar (por cierto, el look punk ya no se lleva, vuelven las flores).

Para el City of Women escribí un texto sobre la falacia de la economía inmaterial (que además de ser un montón de páginas, está en inglés, menudo rollazo). También tengo por ahí un post en el que puse mucho cariño sobre el e-waste, o sea se, los desechos de la electrónica de consumo: los móviles que ya no funcionan, los que sí pero no graban videos, los millones de ordenatas que no pueden cargar con el windows vista, los ipod aquellos de mentira que regalaban con El Pais, los iphone que se conectan al facebook y te frien el cerebro a ondas electromagnéticas y además son una horterada... toda esa mierda que representa entre 20 y 50 toneladas anuales y que mandamos -o más bien: vendemos- a lugares lejanos y baratos (este post está en castellano y tiene un montón de fotos guapas con mujeres orientales rodeadas de chatarra). Así que me hace mucha ilusión que el tema empiece a circular.

Al loro cool hunters que leeis este blog: ¡aquí hay un trend con futuro! En Alemania ya venden bolsas de tela para no usar las de plástico cuando vas al super (no está mal, si no fuera porque las de tela también son un trasto y también las hacen los niños chinos y también acaban convertidas en trash). Go green young man... but please: keep shopping!




ACTUALIZACIONES via comentarios:

How Long Will Our World Last? (Yes, We Are Screwed)

Clika en la imagen para verla en grande

El timo de los megapíxeles o por qué no vamos bien
¿Realmente necesitas un ordenador/móvil/cámara nuevo/a?
Con tanto post sobre economía creativa, y tanta bronca, mi blog estaba pidiendo a gritos un nuevo Open Folder (esos banners que aparecen en el sidebar que parecen portadas de libros pero no lo son pero así me los imagino). La nueva criatura se llama "Creative Economy for the underground" y obedece a la imperiosa necesidad de recopilar materiales que narran la historia de la economía de la creatividad desde otro punto de vista, que ya va siendo hora.
El dibujo es de I have no cubicle, una serie de dibujos muy divertida de una creativa encerrada en una oficina.

Aunque ya hay bastantes materiales, lo estreno con un texto encargado por YProductions y que se acaba de publicar en su biblioteca. Esta es la intro. Para leerlo entero, si us plau, recondúcete a la site de ellos.

Be creative under-class! Mitos, paradojas y estrategias de la economía del talento

La economía de la creatividad es uno de los hypes del momento. A primera vista, aparece como un proceso histórico natural, la consecuencia inevitable de la evolución de la técnica y la industrialización. A medida que éstas avanzan, a este lado del mundo no nos quedaría más remedio que especializarnos en aquello que las máquinas (aún) no pueden hacer: pensar, conceptualizar, imaginar y en definitiva, gestionar la producción y el intercambio de intangibles. Es el discurso ya conocido sobre el agotamiento del modelo industrial y la mutación del capitalismo. Pero estos cambios profundos en la forma de producir riqueza, aunque son reales, se han acompañado también de un proceso paralelo, de orden discursivo. Para hacerse efectiva, la nueva economía de lo inmaterial ha necesitado explicarse a sí misma. Buscarse un nombre -y aún está en ello: economía del talento, capitalismo cultural, semiótico o informacional, la terminología es amplia y sugerente- y rodearse de un entramado de narraciones. Relatos más o menos mitificadores que hablan de causas, ciclos, oportunidades y protagonistas, que cohesionan en un proyecto aparentemente compartido y proporcionan una hoja de ruta para hacer frente a la incertidumbre. La creatividad, en todas sus declinaciones, funciona como uno de estos mitos.

Pionero en este proceso fue el gobierno británico New Labour de Tony Blair en 1997, el primero en acuñar el término industrias creativas con su doble movimiento de economización de la cultura y culturalización de la economía. El artefacto Cool Britannia, que vemos ahora replicado en tantas políticas públicas en España, desplegó dos acciones coordinadas. Por un lado, la re-definición de lo que entonces aún se conocía como industrias culturales y de servicios: cine, televisión, radio, edición, música, arte, artes escénicas, antigüedades, artesanía, vídeo, videojuegos, arquitectura, moda, desarrollo de software, servicios informáticos y diseño. Por otro, la puesta en marcha de “una potente campaña pública para persuadir al mundo de que el país que Napoleón despreciaba como una nación de tenderos se había convertido en un país de artistas y diseñadores”.

Más de una década después del boom de las industrias creativas, asistimos ahora a la puesta en escena de un segundo discurso mitificador. Ya no se trata solamente de promover determinados sectores productivos sino de entender cuál es la esencia del trabajo creativo y avalarlo como el modelo profesional de la nueva economía del talento. Desde el new management el mensaje es simple. Para hacer realidad el cambio de modelo es necesario comprender y teorizar esa nueva forma productiva y, a partir de ella, impulsar una amplia cultura de la creatividad que impregne todos los niveles de la actividad económica y se interiorice socialmente como la nueva cultura del trabajo contemporáneo. El brave new world of work que diría Ulrich Beck.

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Do you remember West Germany?




El tira y afloja en torno al difunto aeropuerto de Tempelhof sigue adelante. Por un lado, las autoridades de Berlin que, aunque todavía no saben qué carajo van a hacer con él, de momento lo usan para alentar sentimientos patrióticos dignos de la mejor telebasura. Por otro, iniciativas como Tempelhof Fur Alle (o sea, para todos) que intentan que lo que se vaya a hacer con semejante mole de cemento y campo abierto, no sea a espaldas de los habitantes de la ciudad. De momento, los primeros ganan por goleada. Para muestra, la que liaron hace dos días, 12 de mayo de 2009, cuando se cumplía el 60 aniversario del puente aereo.

El puente aereo (der Luftbrücke) es un episodio de esos que les recuerdan a los alemanes que no son un país sino dos y para entenderlo hay que hacer un poco rewind hasta el final de la 2ª guerra, cuando los ganadores -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la URSS- se repartieron Berlin. Muy poco después del reparto ya estaban a ostias y los soviéticos, que son muy chulos, decidieron cerrar todas las entradas de suministros a Berlin Oeste para que las pasaran putas. Asi que los yankees, que pa chulos también, respondieron con un despliegue de medios como sólo ellos saben hacerlo. Durante 11 meses aviones americanos llevaron a Berlin Oeste comida, agua y medicinas hasta que los rusos se cansaron de tanta humillación pública y levantaron el bloqueo. Todos esos vuelos llegaban al aeropuerto de Tempelhof que se convirtió en el símbolo del triunfo del bloque occidental sobre el soviético. En los libros de historia, el bloqueo y el puente aereo de Berlin marcan el inicio oficial de la Guerra Fría.


Numerarios de la OTAN haciendo cola para su ice-cream

La fiesta del otro día era un circo espacio-temporal absolutamente hortera. Puestos de salchichas y cervezas, viejos llorando y vestidos de militar, conciertos de jazz de los años cuarenta, coros de niños, globos con mensajes de paz, aviones de época y muchas, muchas, muchas banderas. Aparte del kitsch, no me lo quise perder porque la arquitectura, diseñada por el arquitecto de Hitler, Albert Speer, e inmortalizada en varias películas (entre ellas, "El cielo sobre Berlín") es para caerse de culo. Mis fotos son muy malas porque las hago con una anticualla de 2 megapixels (¡una de las primeras Canon digitales del mercado!) pero dan una idea del ambiente.

Para el 20 de junio, los Tempehof fur Alle tienen preparada una okupación (con k, sí) del mamotreto. Diez días después, del 1 al 3 de julio, desembarca allí un show de moda de cuyo nombre no me quiero ni acordar. Whatever, muy Tempelhof.

Más fotos de Tempelhof.

El No como estrategia

Hace un par de semanas tuve una experiencia desagradable y significativa. En primer lugar se publicó en el blog de Innobasque un texto de Ricardo Antón sobre el evento Bizkaia Creaktiva que se había celebrado en Bilbao unos días antes (el típico evento sobre la creatividad como nuevo motor económico para sectores industriales en crisis de liquidez, ideas y energía; un evento que por otra parte estaba recibiendo muchas críticas off-the-record por parte de personas con puntos de vista y posiciones distintas pero muy pocas en espacio públicos como Internet. El post que escribí al respecto en su día iba en esa linea de crítica; el de Ricardo, aunque más respetuoso, también). En segundo lugar, se abrió una ronda de comentarios que inició Asier Perez de Funky Projects sin pelos en la lengua, disparando a las piernas. A partir de ahí, como era de esperar, la conversación continuó en el tono dialogante que es marca de la casa Innobasque hasta que apareció en escena una tal Belinda bastante cabreada por el post en cuestión. Bocazas como siempre, entré al trapo enseguida y, tras un par de comentarios subidos de tono entre ella y yo y otro más que me calificaba de troll, Julen, el moderador del blog decidió cerrar los comentarios. Los abrió unas horas más tarde, como si nada, pero la advertencia ya estaba hecha. Hace unos días han publicado un post sobre la política de comentarios, supongo que a modo de justificación, echando mano de los santos padres de la net-etiquette y toda la blogosfera española, sus majestades los Microsiervos.

Realmente que me llamaran troll me da igual (aunque es muy discutible que lo sea yo pero no Belinda, o que el pistoletazo de salida desde Funky Projects no hubiera ya sentado un precedente macarra en lo que a tono de refiere). Se trataba sólo de callarme la boca. Y hay que decir que tienen toda la razón. En las conversaciones de caballeros -las que dirigen el mundo- el código de conducta exige ser moderado, consensual, negociador. Buscar los puntos de acuerdo y nunca los de desacuerdo, apartar el conflicto en pos de "lo que nos une", aunque esto sea una ficción, un lugar indefinido y en equilibrio inestable en el que el dialogo de sordos se impone al intercambio de verdad.

Enterrados entre tanta corrección (política), había sin embargo algunos comentarios que hablaban de lo que realmente importa en un contexto como ese: el desencuentro. Rescato el de Rubén de YProductions que lo explica muy bien:
Los campos de negociación entre una forma de entender la sociedad y la otra son limitadas. De hecho estamos frente a una lucha política, frente a formas de concebir el mundo y su naturaleza casi enfrentadas.

Cortesía de Hugh McLeod

Decía la filósofa Marina Grzinic en una conferencia que lo característico del capitalismo neoliberal es favorecer la confusión para imponer algo que se parece al consenso. Diluir la percepción de la diferencia (que no la diferencia misma), matar la conflictividad, hacernos creer que tenemos un plan de viaje compartido. Que es de nuestro interés colaborar con el modelo de mundo que nos proponen desde, por ejemplo, una asociación de empresas y multinacionales como Innobasque. Que si ellos ganan, ganamos todos. El One World, One Dream de las olimpiadas chinas. Decía Grzinic que es hora de recuperar el conflicto y que esto empieza por dejar muy claras las posturas de cada cuál. Volver a trazar lineas de demarcación. Aprender a decir "esto no me gusta", "yo no soy tú y hablo desde otro lugar" y decirlo alto y de frente. No se trata de volver a los discursos setenteros, que ya no nos valen, pero si queremos encontrar nuevos lenguajes de intercambio (y de entendimiento) tenemos que empezar por aceptar que el conflicto existe. Que ese sea el punto de partida para el diálogo, y no una especie de consenso precario en el que, si piensas que no pero te callas, tienes todas las de perder.

Slavoj Žižek, otro filósofo esloveno como Grzinic, apunta en la misma dirección en su obra "En defensa de la intolerancia" (y copio extractos del blog solodelibros):
Ante la progresiva economización de la política —regida por los grandes imperios empresariales—, es necesaria una actitud disconforme, politizante, que defienda desde posiciones de izquierdas una visión alejada del multiculturalismo inocuo y anestesiante que se impone desde el ejercicio tolerante del poder (...).

El capitalismo feroz, que ha evolucionado hasta convertirse en un mecanismo que aglutina a cualquier otro sistema, no permite que especulaciones de índole política (no digamos ya humanista, siquiera moral) pongan en cuestión la idoneidad de su funcionamiento. Las tradicionales divisiones entre derecha e izquierda, conservadores y progresistas, pierden valor ante un régimen que diluye las diferencias en favor de una igualdad que unifique a todos bajo un aparente velo de felicidad y progreso. De ahí que el multiculturalismo, el liberalismo tolerante que se favorece (casi se impone) desde las tribunas, no sea más que una fachada que sólo tiene como fin aunar a todo el género humano; una masa de seres que perciben sus distinciones como una mera desviación (...).

He aquí la verdadera política: ese momento en el que una reivindicación específica no es simplemente un elemento en la negociación de intereses sino que apunta a algo más y empieza a funcionar como condensación metafórica de la completa reestructuración de todo el espacio social (...).

Esto ha dado lugar a lo que Žižek llama post-política: un sistema en el que las diferencias entre visiones políticas enfrentadas (más o menos tradicionales) queda sustituido por una alianza entre «tecnócratas ilustrados» y «liberales multiculturalistas». La política deja de ser el arte de lo imposible (cambiar los parámetros de lo comúnmente aceptado) para transformarse en el arte de lo posible, de lo que funciona: esto es, de lo que genera beneficios.
Actualización del debate: nuevo post en el blog de Innobasque, "Conflicto y dolor en la innovación".

Menos mal que están las chicas malas...

... para sacarme del estupor, que sino me quedo encharcada en el revival Beauvoir y no regreso. Primero: las Ladyfest Sur que se han currado un pedazo programa de actividades que me duele el dedo de darle al scroll. Además de conciertos hay una empapelada colectiva de un bar, la expo "El ataque femenino de 150 cms o más", por supuesto el siempre recomendable taller de dildos, una selección de docus bajo el sugerente título de "Bregas en bragas" en colaboración con Zemos98 (y más más más audiovisual) y un taller de comic femenino underground y de autobiografía:
El cómic underground surgió en la prensa contracultural norteamericana a finales de los 60, y llegó al estado Español en los 70. Hemos oído y leído muchos de las revistas o autores (Zap comix, Weirdo, El Víbora, R. Crumb, Nazario, Max Ceesepe…), sin embargo las mujeres que estuvieron presentes han sido invisibilizadas. En esta actividad os proponemos recuperar sus nombres (Julie Doucet, Trina Robbins, Mary Fleener, Roberta Gregory, Phoebe Gloeckner, Aline Kominsky, Diane Noomin, Debbie Drechler…), el importante fenómeno contracultural feminista que crearon y las revistas donde publicaban (Wimmen's Comics, Twisted Sisters…), analizando sus miradas, sus historias y sus trazos.


Después: el juego de la oca Feministas / Lesbianas con el que el colectivo belga Scumgrrrls celebran el número 15 de su proyecto editorial. "Un tablero de la oca en tamaño real para revivir los grandes y pequeños momentos de las luchas feministas y lesbianas. Para sumergirse en nuestra historia y nuestras identidades de género".

Y como siempre: las discusiones con hombres y mujeres que dicen que no entienden que las chicas modernas todavía andemos con estas boludeces de hippies sin sujetador. La última la escribo aquí para que no se me olvide (para contextualizar: él, un hacker veterano que dice que vive sin dinero y ha montado una empresa camuflada de secta poscapitalista en la que él es "el emperador". Farsante pero original):
"Cuando tú te posicionas como una mujer, yo me veo reducido a mi rol de hombre y me siento desposeido, privado de mi humanidad"
Bingo (no es tonto el emperador). El monopolio de la humanidad. El masculino como género neutro. Ser un hombre como sinónimo de ser. Y los que no encajan en la categoría de referencia, a buscarse la vida en la sub-categoría del otro, ese "hibrido entre macho y castrado" que se llama diferente. No sólo son las mujeres, también los niños, los viejos y las viejas, los pakis o los negros, los maricas que no están buenos, los tios a los que no se les levanta. Decir que son personas diferentes es aceptar que existe un modelo con el que compararse: están los iguales y están los que no lo son. Hombres pero menos. Seres humanos subdesarrollados.

Y acabo con el clip de Yelle "Je veux te voir", una oda a esa sexualidad desinhibida tan Made In France: Je veux te voir / Dans un film pornographique / En action avec ta bite... Tu es tout nu sous ton tablier / prêt à dégainer ... On n'avait pas prévu de passer la soirée avec des rigolos / On voulait voir des pectoraux / Des mecs montés comme des taureaux... El otro día en la manifa del Mayday había un revolucionario con una camiseta que decía "Bad Boys Never Go Out Of Fashion". Pobre criatura ;-)