La otra razón por la que me interesa especialmente el Ars Electronica de este año es que esta edición lleva por título “A New Cultural Economy: The Limits of Intellectual Property” y comprende dos días de seminario sobre el asunto.

El discurso de la propiedad intelectual es casi congénito de las artes digitales pero hasta ahora el debate estaba muy centrado en la autoría (y sus correlatos: licencias, agencias de gestión de derechos, piraterías y demás). La diferencia es que ahora ya no se trata sólo de gestionar la autoría, la copia o la distribución del conocimiento sino de una “nueva forma económica” que está surgiendo a escala global, y en la que que la autoría es sólo la punta del iceberg.




Decir “economia” es hablar de la forma en que se produce, se distribuye y se gestiona la riqueza, que hoy es esa mezcla de conocimiento+creatividad (que se llama innovación).
Cómo se crea, quién la posee, quién la compra, en qué condiciones se vende, dónde, por qué, para qué y por cuanto. Y esto por supuesto es hablar de política (aunque el texto curatorial de Joichi Ito, comisario jefe del festival, no haga uso de la palabra). Decir “nueva economía” (aunque sea “cultural”) es decir que esa riqueza existe en el marco del mercado neoliberal global. O sea, un mercado basado en la libre circulación de bienes, servicios y dinero sin ningún tipo de control (y la circulación cada más limitada de las personas). ¿Qué pasa cuando esto se traslada a la cultura (y la comunicación y la socialidad)?


Cada vez que chateamos Google hace caja.

Ultimamente circulan por la red algunos textos interesantes que abordan la propiedad intelectual desde esta misma perspectiva (económica, histórica y global). Pero que lo haga el Ars Electronica tiene otras consecuencias porque supone abrir el debate en otro plano, el de la liga profesional de la cultura electrónica. Posiblemente la orientación de Ars Electronica eludirá la dimensión más política y conflictiva. No importa. El asunto está ahí. Y el seminario se emite en directo en streaming en la red.

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