La hora del movimiento viejista

A estas tipas de la foto les debía un post. Son las POWER (Pissed Old Women Engaged in Revolution), un pequeño colectivo de activistas de eso que en inglés se llaman ageing y que en español todavía no tiene un nombre particular. Normalmente ageing se traduce como envejecimiento de la población y se percibe como un problema económico -a ver quién nos va a pagar la jubilación a nosotros- o como un problema personal – qué hacemos con la abuela, qué haré yo con mis padres cuando me toque cuidar de ellos. Pero el ageing es algo más. El ageing es una forma de discriminación muy arraigada y que casi todos practicamos. Es el desprecio cultural hacia los viejos. Y sobre todo hacia lo que representan: el paso del tiempo y la finitud de la vida. Algo bastante poco inteligente teniendo en cuenta que, con suerte, todos llegaremos a ser viejos algún día. Las POWER clasifican los comportamientos ageistas en las siguientes categorías y dan ejemplos:

Categoría 1. Modelo Médico.
Es el que esconde la presunción de que los viejos son gente enferma y a punto de morir.
“Eres una activista política de 70 años y te encuentras en una manifestación con un compañero de 30 al que no has visto desde hace tiempo. Y te dice: Me alegro de que todavia estés activa. Él cree que el comentario es de lo más agradable. Pero no. De repente te das cuenta de que él te ve de una forma muy distinta a la que tú creías. Cuando te mira, en su mente el primer pensamiento es que te queda poco tiempo de vida, o de buena salud. Y no es que te moleste que te lo recuerden. Es que en ese momento entiendes que los demás -los que no son tan viejos- no ven lo que tú eres sino el terrible abismo en el que estás a punto de caer.”

Categoría 2. El modelo Servicio.
Normalmente la edad se asocia con la capacidad para dar servicios (la abuelita que hace bufandas para toda la familia) y/o para recibirlos (y/o que necesita que otros cuiden de ella).
“En una manifestación llevamos unas camisetas en las que pone: Las mujeres viejas son vuestro futuro. Uno de los organizadores se acerca y nos dice: Veamos si estas señoras necesitan algo. Llevamos pantalones cortos y pancartas, estamos en una marcha activista pero seguimos siendo señoras que seguramente necesitan que les echen una mano.”

Categoría 3. Modelo Embarazoso.
Es el más clásico: ser viejo es algo de lo que avergonzarse o que hay que disimular.
¿Le molesta si le pregunto por su edad?; Buenos días, joven (en plan broma); No, pero tú no eres tan vieja.

Categoría 4. Modelo Eres un/a Disminuida/o.
Una actitud que en otras personas despertaría entusiasmo o admiración (un comentario agudo, un gesto provocador), en el caso de los viejos provoca sorpresa.
Oh, qué graciosa.

Esta la añado yo. Categoría 5. Modelo lingüistico.
Hace unos años un profesor de antropología viejo y muy listo con el que hablaba de la situación de las personas mayores en las grandes ciudades, me corrigió: no se dice personas mayores, se dice viejos. Claro que se dice viejos. Decir personas mayores es una forma de discriminación modelo 3. Como lo que eres es tan horrible mejor le ponemos un nombre más clínico. Como a los vagabundos en Francia que los llaman con unas siglas: S.D.F. (Sin Domicilio Fijo). Con lo sugerente que es la palabra vagabundo.

Sé que las lectoras feministas (y los lectores feministos, que también los hay) reconocerán el paralelismo. Sí, ser viejo es como ser mujer. Son una especie de sujeto disminuido: tienen menos fuerza, son amables e inofensivos, lo que más les gusta es cuidar de los demás pero no pueden cuidarse solos. Y por supuesto como siempre, las viejas sufren doble discriminación: por viejas y por mujeres.

Descubrir a las POWER me ha hecho revisar la idea que siempre he tenido de mi vejez. Hasta ahora me la imaginaba como en una peli distópica de ciencia-ficción. Año 2058. Tengo 82 años. Estoy completamente gagá no me puedo mover y llevo pañales. Vivo en un gran hangar con otros viejos como yo. Para distraernos hasta que nos muramos nos dan mucha droga y nos enchufan a un programa de realidad virtual que reproduce situaciones bonitas de nuestra juventud, para que estemos formales y contentos. Por ejemplo estaría el programa Festival de Benicassim en el que vamos con nuestros amigos a bailar la música de nuestros grupos favoritos. O el programa Mi Primer Ikea en el que vamos con nuestros padres a comprar un armario de cartón. O el programa Interail en el que recorremos Europa con la mochilita. En fin, habría un menú con un montón de opciones, para todos los gustos (cuidado que es un negocio). Pero ahora ya no me motiva la idea de dejarme morir enchufada a una computadora y colocada de morfina. Ahora quiero ser como ellas. Quiero ser una activista del viejismo. También iba a dedicar este post a mi abuela, la única que me queda viva. Pero tampoco. Se lo dedico a todos los quieran ser viejos algún día y unirse al movimiento. Los viejos y las viejas seremos el futuro.


Las ruinas de los últimos humanoides

Hace unos días mi querido ex-jefe me mandó este video. Es el proyecto del futuro Marina d'Or, el complejo residencial y de ocio en las costas de Oropesa de Mar. Ya sábeis, la Mayor Ciudad de Ocio y Vacaciones de Europa. Es escalofriante y largo pero merece la pena verlo hasta el final.



Al verlo pienso en dos cosas. La primera es que el modelo arquitectónico de Las Vegas, analizado en el famoso libro “Aprendiendo de las Vegas. El Simbolismo Olvidado De La Forma Arquitectónica” de Steven Izenour, Denise Scott Brown, Robert Venturi no está para nada obsoleto. Es más, se diría que es la mayor inspiración para diseñar las que hoy se consideran las ciudades más avanzadas del planeta. La nota de prensa de la editorial dice: “Aprendiendo de las Vegas surgió a partir de una saludable controversia que tuvo lugar en 1972, en la que se llegó a la conclusión de que los arquitectos deberían ser más receptivos a los gustos y valores del pueblo común”.

La segunda es que Marina d'Or se queda pálida comparada con lo que de verdad se está construyendo en otros lugares. Y que puestos a diseñar a lo bestia, podían haber huido de la estética caspa española -aunque efectivamente sea la que mejor se adapte a los gustos y valores del pueblo común- y atreverse con algo realmente radical. Como el proyecto de Dubai 2009 o el de Shanghai, por ejemplo. El siguiente video es un resumen de los planes urbanísticos proyectados en China para los próximos 20 años.



Mientras, en algún otro lugar del mundo, arquitectos y urbanistas siguen insistiendo en la necesidad de mejorar la vida de las personas de verdad. Con más espacios comunitarios, relaciones más dignas con el entorno, menor consumo energético... Pero nadie les hace caso. Así somos los humanoides. Eso si, vamos a dejar unas ruinas espectaculares.

cosas que hago

Audacia Ray. Making Sex Media for a Boring Future

Me había estudiado el programa del Porn Film Festival de Berlin en profundidad pero no había reparado en un detalle: el que tenía entre manos era el del año pasado. ¡Ja! Me he quedado frustradísima sin ver la conferencia de Genesis P-Orridge, ex-miembro de Throbbing Gristle y autor de la modificación corporal más macarra que conozco (se hizo la cirujía para convertirse en su mujer, que falleció de cancer hace unos años). Él estaba en Berlin un día como hoy pero hace exactamente un año. Scheisse!

Por suerte he reaccionado a tiempo para asistir a la charla de Audacia Ray: "Making Sex Media for a Radical Future". Audacia es una figura muy popular en la porno-blogosfera norteamericana. Es editora de Naked City, el blog de sexo del Village Voice, y autora del videoblog Live Girl Review en el que habla directamente a cámara, cuál presentadora de la CNN, pero desde su casa y sobre dildos. Yo la conocí tras leer un capítulo de su libro "Naked On The Internet: Hookups, Downloads, And Cashing In On Internet Sexploration", un análisis bastante amplio del negocio del porno digital made-in-usa (desde las chat rooms o las webs de video-streaming amateur hasta iniciativas de networking para trabajadoras sexuales). También ha dirigido el galardonado "The Bi Apple", un film casi para todos los públicos sobre una jóven investigadora que decide estudiar la vida de un grupo de bisexuales en una fuckhouse y acaba -cómo no- dejándose atrapar por la experiencia.

Claro que Audacia es una bomba. Y no precisamente sexual sino intelectual (porque no es fácil hacerte respetar por tu trabajo cuando te dedicas a escribir sobre consoladores). Sin embargo, con sejemante trayectoria, yo esperaba encontrar a una mujer más... ¿sofisticada? ¿radical? ¿políticamente comprometida? Por ejemplo en contra del porno mainstream heteronormativo y super comercial, que mira que está tirao... Pero no. Había olvidado un detalle más: Audacia es yankee. Y el porno da muchíííísima pasta. Su presentación ha sido corta y superficial: apenas media hora de obviedades e informaciones prescindibles sobre el negocio del ciberporno y una sola mención a proyectos más underground (Sharing is Sexy: una web de erótica copyleft - whatever that means). Y por supuesto todo muy etno-hetero-centrista, como si la única erótica interesante fuera la de los hombres y mujeres blancos, straight, anglo-parlantes y ricos.

Luego nos ha mostrado su último cortometraje: Dacia's Love Machine. El argumento es el siguiente. Como Audacia se dedica a recomendar juguetes sexuales, recibe gratis un montón de trastos con los que a veces no sabe qué hacer (o sea sí, pero el tiempo no le da para tanto). Love Machine es uno de ellos: un aparato enorme con palancas y pollas y agujeros de varios tamaños que hace un ruido infernal y ocupa un montón de espacio en su pequeño apartamento newyorquino. Audacia publica un anuncio en Craig's List para deshacerse de la Love Machine y recibe en su casa a algunos de los posibles compradores. Hasta aquí la historia es real y bastante divertida. Pero los supuestos compradores no son ni lo uno ni lo otro. El corto está filmado con amigos de Audacia y plagado de tópicos: la mujer embarazada que la da una bofetada al marido, el obeso que se desnuda y mete la picha en la máquina, la pija que pregunta si no tiene ruedas, un cura que viene a salvarla de su perdición...

Al final de la proyección Audacia y otra experta en juguetes sexuales de una revista lésbica alemana han debatido sobre los mejores y los peores productos del mercado, sus preferencias, sus criterios para reseñarlos positiva o negativamente. Todo con una falta de inteligencia y entusiasmo que una acaba preguntándose -al más puro estilo machito descerebrao- si en el fondo no serán un par de frígidas aburridas. Han hecho circular entre el público algunos de los gadgets que menos les gustan (nos han aclarado que los otros se los quedan y no los sacan de casa): un cono vibrador que hace más ruido que una lavadora y nadie sabe cómo se apaga, una especie de pepino de blandiblu que se pone duro y cambia de color cuando aumenta la temperatura (y allí hemos estado todas las asistentes como imbéciles frotándolo entre las manos), varias cremas estimulantes cuyo truco para aumentar la sensación de sensibilidad consiste basicamente, según nos ha explicado Audacia, en achicharrarte los genitales. Aparte de esto, ninguna información sobre cuáles son los materiales más saludables, menos tóxicos, más duraderos o los que tienen la mejor relación calidad-precio (un dato nada desdeñable teniendo en cuenta lo que valen los cacharritos en cuestión). Ni rastro tampoco sobre juguetes sexuales para bolleras -que tampoco estaba de más ya que el 90% del público eramos mujeres y había sido invitada por la directora de una revista de lesbianas. Practicamente lo único que hemos sacado en claro es que si no tienes un dildo de cristal de 400$ estás más out que una pareja de amish.

Os dejo con la última entrada de su videoblog Live Girl Review. Se pueden ver algunas de sus reseñas y un extracto de Dacia'a Love Machine. También presenta un modelo de los vibradores de nueva generación que llevan una pequeña computadora integrada y aprenden a programarse solos a partir de las preferencias de la usuaria. Vamos, como el Google Maps pero para el clítoris. ¿Un paso más hacia The Internet of Things? Hhhmmm...

Día a día en Berlin II

Después de 12 días en un hotel regreso a casa. A una casa en la que sólo he vivido una semana antes de marchar. Me encuentro con mis maletas del anterior traslado a medio deshacer y salgo del portal sin saber muy bien dónde estoy. Es como vivir en un mapa en blanco. Casi toda mi atención se centra en escribir sobre él las rutas de las pequeñas rutinas cotidianas (una vez más): dónde está la panadería, el estanco, la estación de metro más cercana. Una frase que leí hace años me da vueltas en la cabeza: home is where my HD is. Pero no exactamente: home is cualquier lugar en el que puedo conectarme a internet y leer mi correo, consultar mi facebook, ver las últimas fotos de mis amigos en flickr, chatear con mis cercanos por skype. Mi casa son mis aplicaciones online: los únicos espacios en los que todo me resulta familiar y reconocible. Supongo que esto una forma de vida cyborg pero en realidad es simplemente supervivencia. No me quejo, me siento muy cómoda en el desarraigo.

Nada más llegar disfruto de los últimos días del festival de documentales Globale. Proyectan algunos trabajos de personas que conozco: “Primero de Mayo (la ciudad-fábrica)” de Marcelo Expósito y “Made in Italy” de Candida TV y Joanne Richardson / DMedia. Nos encontramos con Joanne a la salida, que es amiga de unos amigos de unos amigos y nos pasa un DVD con sus últimas producciones. Entre ellos, “Two or Three things about Activism”, “a counter-documentary about activism in Romania that questions the difference between making a film about politics and making a film polically”. Parece que el tema -lo que significa el audiovisual activista- está en la mente colectiva: la proyección de “Sahara Chronicle” de Ursula Biemann suscita amplias controversias. En el debate posterior a la proyección alguien cuestiona su carácter político y uno de los colaboradores de la Biemann zanja la cuestión: “A mí qué me cuentas. Yo sólo soy un artista”.

Al volver me he encontrado también con varios paquetes en el buzón. Uno es de un amigo y contiene dos libros y una nota genial que dice “Uno porque lo perdiste y el otro porque lo imprimo en el trabajo cuando no mira nadie”. El que perdí es “Homage to Catalunya” de George Orwell que ese mismo amigo me había regalado hace años y yo extravié en un traslado antes de leerlo. Es un clásico de la literaratura sobre la guerra civil española, una crónica desde las milicias anarquistas del frente republicano con las que Orwell comparte varios meses en las trincheras de Aragón y en Barcelona. Como buen inglés se despespera con la falta de disciplina de los españoles y la precariedad de medios con los que los anarquistas se enfrentan a la guerra: sin mapas ni instrucción militar, con fusiles viejos y bombas que estallan antes de ser lanzadas. Pero mucho vino.

El otro paquete es del Institute for Networked Cultures que dirige Geert Lovink desde Amsterdam (que regularmente me envía todas sus publicaciones porque tengo la caradura de pedirselas). La última es “Video Vortex Reader. Responses to You Tube”, una selección de textos críticos sobre el servicio más popular del Gran Hermano Google que está transformando nuestra forma de consumir audiovisual. "The Art of Watching Databases” es el título de la introducción. Supongo que seguiré escribiendo sobre él a medida que lo lea.

Otra de las producciones del Institute for Networked Cultures se presenta este sábado en el festival de cine porno de Berlin: “C'LickMe. The Art and Politics of Netporn. A Netporn Studies Reader”, una de las obras que más me ha inspirado estos últimos meses para comprender el modelo económico de la red. Yo diría que de lectura obligada para los y las interesados en cyberbusiness y antropología digital (obviamente no habla solamente de porno sino de estilos de vida).

Y mientras yo dedico mi tiempo a estas futilidades mi compañero de piso Lilian, que sólo tiene 8 meses, dedica el suyo a algo mucho más emocionante: está aprendiendo a andar. Progresa a una velocidad que parece sobrehumana (aunque evidentemente no lo es). Sus avances en el arte de convertirse en bipedo nos tienen fascinados y marcan el paso de nuestros días.

>> Foto arriba "Performing the Border" by Ursula Biemann.
>> “C'LickMe. The Art and Politics of Netporn. A Netporn Studies Reader”
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SubRosa han sido lo mejor del festival. Claro que no soy objetiva: son un colectivo ciberfeminista cuyo trabajo sigo y admiro desde hace tiempo. Poder compartir tiempo (y comidas y cervezas) con ellas ha sido un lujo. Asi que, aunque sea larguísimo, esto es lo que he escrito sobre su conferencia y su performance para la web del City of Women (por lo poco que me ha costado traducirlo del inglés deduzco que está plagado de españoladas). Anyway.



Cartel del II Congreso Internacional de Eugenesia (1921)

Desde su creación en 1997 el colectivo ciberfeminista SubRosa explora la relación entre biotecnología, feminismo y capital global. Un territorio complejo y desconocido que los miembros actuales del grupo, Faith Wilding and Hyla Willis, abordan a través de una conferencia y una performance (a)científica de varias horas de duración: ¿Por qué las mujeres son como los pollos y los pollos como las mujeres?

LoHumano (All Rights Reserved)


Si no nos matamos antes, las primeras décadas del siglo 21 serán recordadas como la Era de la Privatización de lo Común. La tierra, el agua, los bosques, el conocimiento popular y las canciones de cumpleaños abandonan el dominio público y son comercializadas en el libre mercado global. Esto lo sabemos. Lo que a menudo ignoramos es que nuestro patrimonio biológico también ha entrado en el juego. Tejidos vivos de origen humano y animal, células e información genética son la nueva materia prima de lo que se conoce como Bio-Economía. Una emergente industria global liderada por corporaciones transnacionales que recogen, seleccionan, clasifican y patentan recursos vivos y los transforman en productos y servicios comercializables: fármacos, tecnologías reproductivas o comida geneticamente modificada (entre mucho otros).

Los bio-bancos juegan un papel central. Almacenan y clasifican información genética y biológica (tejidos, sangre, semillas, etc) y la transforman en un valor económico que será distribuido a través de las redes de la bio-industria. Esto ocurre con la complicidad de las legislaciones internacionales sobre propiedad intelectual. El desarrollo de la biotecnología y la ingeniería genética ha abierto el camino para las patentes sobre la vida: hoy los recursos biológicos y genéticos pueden ser privatizados y vendidos como cualquier otro producto. De acuerdo con Cell Track (un proyecto que mapea la apropiacion de la materia viva) el acuerdo TRIPS firmado bajo los auspicios de la Organización Mundial del Comercio permite patentar genes humanos y otras formas de vida siempre y cuando el “inventor” demuestre “novedad”, “no-obviedad” y “utilidad”. Con el avance en la investigación del ADN, cada vez más genes y cadenas de genes están siendo “descubiertos” y convertidos en “conocimiento patentado”. La tecnología está disponible, la ley está de su lado, la conciencia general está lista para tragarse la píldora. Y como dice el anuncio de la tarjeta Dinners Club: the world is open for business.

Vostras/os donais, nosotros vendemos, vosotras/os comprais.

Una de las mayores industrias de la Bio-Economía son las tecnologías reproductivas. Por supuesto el valor económico de la reproducción humana o animal es bien conocido, sobre todo desde la perspectiva feminista. Pero la emergencia de la ingeniería genética suscita nuevas preguntas. En su conferencia, las integrantes de SubRosa lo introducen así:

“Chickens were the first animals to be permanently confined indoors in automated systems based on intensive genetic selection, dietary manipulation, bodily restrictions and drugs. According to Broiler Industry magazine “ Chickens became the first agrobusiness because all of the factors making mechanization possible were potentially present, not least of which was the nature of the animal themselves. Relatively large numbers of units could be handled by a single individual, in confined areas... A product of man's concentration of women under situations of stress is the appearance of a condition known as avian hysteria”.
Karen Davis, “The Ethics of Genetic Engineering and the Futuristic Fate of Domestic Fowl”, 1996.

“Women were the first humans to be permanently confined indoors in automated systems based on intensive genetic selection, dietary manipulation, bodily restrictions and drugs. According to Breeder Industry magazine “Women became the first reproductive-industry human because all of the factors making mechanization possible were potentially present, not least of which was the nature of women themselves. Relatively large numbers of units could be handled by a single individual, in confined areas... A product of man's concentration of women under situations of stress is the appearance of a condition known as female hysteria”.
SubRosa 2003


En todo el mundo las mujeres han empezado a donar sus óvulos a clínicas privadas que los utilizan para tratamientos de reproducción artificial. Estas mujeres contribuyen libremente a la bonanza del mercado reproductivo: una forma un tanto incierta de economía gratuita. Los clientes de las clínicas pueden solicitar información detallada sobre las donantes, lo que supone una parte importante de los ingresos (cuanto más quieras sabes sobre ella, más tendrás que pagar). Actualmente los bancos de óvulos guardan y proporcionan información personal de las donantes como edad, grupo sanguineo o condiciones de salud. Pero también sobre sus características físicas (color de piel y de pelo, peso, altura), su raza, su religión, su clase social o su nivel educativo. La pregunta sobre si estas informaciones son relevantes para fines reproductivos nos lleva directamente al núcleo del trabajo de SubRosa en la actualidad: las tecnologías eugénicas.

La Mejora de Lo Humano

La eugenesia puede ser descrita como “la ciencia de la mejora de las cualidades hereditarias de una raza “ tal y como fue definida por Sir Francis Galton en el siglo XIX. Desde entonces y a pesar de sus connotaciones racistas, la eugenesia nunca ha desaparecido totalmente de la cultura occidental y ha adoptado diferentes formas y argumentos a lo largo del siglo XX. Desde la ideología de la “sangre superior” hasta las políticas de “control de la natalidad” para los sectores más pobres de la población. Desde el III Reich hasta la obsesión actual por la juventud y la belleza eternas. La idea central de la eugensis es “más hijos de los buenos y menos de los malos”. La definición de quienes son los buenos y los malos es sólo una parte del problema.

La intervención de SubRosa plantea estas cuestiones – y la necesidad de confrontarlas con un espíritu crítico- con toda claridad. La performance es simple y efectiva. Las integrantes del colectivo preparan galletas de pollo (con ingredientes geneticamente modificados) y las ofrecen a los participantes (que por lo general las rechazan, a pesar de que seguramente coman comida geneticamente modificada todo el tiempo – como cualquiera). También realizan entrevistas al público, con preguntas como ¿Que opinas de la modificación genética? ¿Crees que la reproducción de algunas personas -enfermos mentales, presos- debería estar supervisada y controlada? En una tele se proyectan algunas entrevistas de performances anteriores y viejos anuncios eugénicos en blanco y negro. Y al final los participantes pueden someterse a una evaluación de su perfil eugénico (en otras palabras: cuánto valen en el mercado de la mejora de la raza humana). Porque efectivamente todos los óvulos (como todo el semen) no valen igual. Los de raza blanca y clase alta son más caros. Es la ley de la oferta y la demanda. En una mesa, las científicas especializadas (salvo que sean sólo venderoras de alguna clínica privada) atienden la consulta.

A medida que los participantes -hombres y mujeres- toman asiento y empiezan a hablar con las científicas y entre ellos, lo que al principio parecen conversaciones sin importancia empiezan a transformarse en hard eugenic talk: por qué ella o él debería tener un perfil más alto o cuáles son las implicaciones eugénicas de ser gordo o de Montenegro o tener sangre de origen arabe. Sales dándole vueltas a lo que significa el simple hecho de discutir sobre algo así y empiezas a comprender de qué va todo ese rollo de la cultura eugénica. SubRosa no proporcionan ninguna respuesta y casi tampoco hacen tantas preguntas. Pero consiguen -brillantemente- crear el ambiente adecuado para que las encuentres por tu cuenta, tanto las respuestas como las preguntas.

[Yo tuve un 8 y porque le eché cara, porque al principio me querían poner un 6. Muy mala puntuación comparada con las eslovenas que sacaban todas 9 y 10. Claro, ellas son altas y rubias. Yo soy bajita y morenuca. Pura lógica eugénica.]

Por supuesto todo lo anterior es aplicable al mercado del semen.

Photos of the performance: by Nada Zgank.

Animal's Heaven by Isabelle Krieg and Marianne Engel

RAW&FRESH. Bloging from City of Women Art Festival.

Artist Isabelle Krieg and photographer Marianne Engel have connected their personal and artistic backgrounds to produce the public space installation “Animal's Heaven” in the courtyard of the squatted cultural center AKC Metelkova. Krieg's old car has been transformed into a delicate funeral garden populated by dried dead animals, some of them coming from Engel's personal collection: butterflies, frogs and different kinds of insects. A mummified hedgehog lies in its grave in the truck. And the whole burial scene is surrounded by candles that slightly illuminate the location at night. “Animal's Heaven” can be seen as a natural memorial for those creatures we often run over in our road trips, but also as an attempt to reverse the unbalanced relationship we have with the environment. While the cemetery situation symbolically brings the dead animals back to life, the car -a 23 years old black BMW that has done all the way from Zurich to Ljubljana - is probably passing by after the installation.


The car in the courtyard of Metelkova is attracting a lot of attention. How do you feel about it?

Isabelle: Art in the public space is always stressful. People are attracted by this big black “macho car” and when they come closer and see the dead animals inside... they react. Some of them are adding more dead animals, bringing more flowers and taking a lot of pictures. The hedgehog is particularly popular. Initially, our idea was to look at the installation mostly as a social experiment: to leave it there and let it interact with the place and the people around. But the project has evolved and now every morning we go there to see if everything is O.K., if the animals are still there... We have decided to protect it, at least for a while. Also because there is a long story behind it.

What's that story?

Isabelle: When we were invited to present an installation at the Festival, we immediately though of the car and the dead animals inside. But the installation was meant to be in the streets in the center of Ljubljana. What happened is that I decided to use my own car -this big black BMW- for the art work: it was very old and I couldn't drive it legally in Switzerland without having it repaired. That was very expensive so I though Ok, let's make a lost trip with it to Ljubljana, make the art work and leave it there. That was a few months ago, in the summer. So I parked it in the courtyard of Metelkova. But in the meantime it was vandalized: the windows were broken and the number plate stolen. That meant we could not take it to the city center, it had to stay there. At that moment, it was a big problem because we absolutely wanted to do the installation in the streets and not in a courtyard or a parking lot. We even though of giving up. But then we gave it a second though and decided to integrate the destruction in the art work. We wanted to change the bad energy of the situation and transform it into a good one, doing something extremely beautiful and fragile.

What will happen to the installation once the Festival is over?

Isabelle: There are still a lot of open questions as regards to what will happen to the art work afterwards. We will probably leave the plants and the dead animals, except for the hedgehog, we will definitely take it with us! But it is not sure what will happen to the car. I would like to have it repaired and that someone in Slovenia keeps on using it. But there are some people that seem to be interested in the tires so I don't know... It might end up in a scrapyard, broke up and sold in pieces. Somehow this contradiction is very present in the installation: the car has been transformed into a grave and at the same time it is also dying.

Where do the animals and the plants come from?

Marianne: I live in a small village in the outskirts of Zurich and I collect dead animals. My mother also does. I usually just let them dry, but the bigger ones I put them in alcohol. So most of them come from my own personal collection, except for the hedgehog: we bought it in a shop in Zurich. At the beginning we wanted to have more animals in the car but we found out that we could get into trouble by bringing animals from Switzerland to Slovenia because of the border legal restrictions. So it was clear that working with dead animals was going to be difficult.

Isabelle: We didn't want it to look like a museum either, too morbid or kitsch. So both the story of the car and the limits with the dead animals contributed to change the initial project and define it. For the gardening, we did it ourselves. We were a bit afraid that it would like a garden art piece, we didn't want that kind of effect at all. But thanks to the dead animals and the grave situation it doesn't. We bought some of the plants but most of them come from the nature and from Zale cemetery near Ljubljana. Here people seem to take a lot of care of the graves, they bring flowers and plants, so we looked into the rubbish containers in the cemetery where people throw away old plants and candles and we collected them for the installation. And now we also go there everyday to take care of them.

Photos: by Nada Zgank.

Eslovenia, la princesita de los Balcanes

La llaman la Suiza de los Balcanes pero también podría ser San Marino o Montecarlo. Eslovenia es un país enano (sólo 2 millones de habitantes), desconocido y aparentemente muy rico. La parte vieja de la capital, Ljubljana, es una mezcla extraña entre Venecia y Andorra: puentecitos, restaurantes, joyerías, parejas bebiendo vino blanco en las terrazas. Sólo se ve gente jóven, guapa y muy chic (a los viejos y los tullidos los deben de tener encerrados en un sanatorio al otro lado de la montaña). Le pregunto a uno de los chicos del festival sobre la economía del país. Me dice: Antes había una industria textil pero se deslocalizó después de la guerra. Ahora es una economía del conocimiento. No me digas, como todas. Con lo guapos y políglotas que son todos aquí, me imagino que se han lanzado en masa a la provechosa industria del ciberporno (que vende intangibles, no carne cruda). Tampoco lo veo muy claro pero no es imposible, tendré que seguir preguntando.

Eslovenia casi no se metió en la guerra (50 muertos y un acuerdo de paz muy rápido) pero de vez en cuando la vieja Yugoslavia asoma la patita. Hoy por ejemplo que era domingo, los ancianos y los anticuarios han tomado el centro. Un paraíso para los amantes de las anticuallas (¡como yo!). Hay broches del año de maricastaña, vinilos de los sesenta (seguramente prohibidos y pasados de contrabando ¡mucho caché!), viejas vajillas de porcelana y fotos del Mariscal Tito con traje de marinero en todas las posturas dignas de un jefe de estado como él: firmando sentencias de muerte en su despacho, saludando al pueblo desde un tanque, posando con cara de agravio delante de la bandera nacional.

Espero tener tiempo de ver un poco Zagreb de camino a Berlin. Me quedo con ganas de conocer la ex-Yugoslavia.

Fotos en mi flickr.

Someone is watching: Sanne Van Rijn's “Morphotope”

RAW&FRESH. Bloging from City of Women Art Festival.

The 14th City of Women Festival opened yesterday with the performance “Morphotope” by Dutch director Sanne Van Rijn. A clever combination of improvisation, risk and humor that breaks the boundaries of theater and contemporary dance by stressing the very essence of live art: the part of the audience and the experience.

“Morphotope” was premiered in Belgium in 2004 and, during that first period, performed in atypical venues such as a technological university hall or a church. There, Van Rijn felt that she could get rid of the rules of theater and contemporary dance performances, where the audience is comfortably hidden in the darkness of the black box. “I wanted to create a performance space cut out from reality, where the audience and the performers would be at the same level and even under the same light, so they could feel equally responsible of the situation and the magic of the evening”. That's probably the reason why her work is often connected with the tradition of minimal art: because the audience, and not the stage, is the center of the action.

Yesterday the audience was definitely there. Laughing, clapping hands (“This never happened before”) and empathizing with the dancers, specially at the most humorous moments of the performance -which were quite a few. “Of course humor is present but I don't want people to feel that they are being entertained. On the contrary, I want them to be active and self-conscious”. The viewer's position is never a neutral not an easy one. By looking and listening, thinking and feeling, waiting and laughing, in Van Rijn's work you are at the same time the director of the situation and its object. You are asked to review the way you usually look at things and the way you communicate with the others. Thus, “Morphotope” is also a journey into the misunderstandings of self-representation, where individual freedom appears always as the result of a negotiation. The performers are waiting for you to tell them what to do, how to move, what their actions are really all about. And they might get it or not. And we might be satisfied with it or not.

“I was inspired by my own experience as a performer” says Van Rijn. “You are expected to stand out of the crowd but socially you have been educated to be part of it, to be invisible. For me this has always been a difficult thing. On stage, any situation is transformed into a social experience because there is an audience involved, because someone is watching”. For her it is all about this double position: the audience and the performer's. About how to make the audience more visible and conscious of its role. The choice of Japanese dancers is not accidental. “Because they are culturally different they accentuate this double perspective. It helps you to see yourself through their eyes”.

Improvisation plays a big part in it, specially in the last two thirds of the performance. Only a basic structure and a few rules are fixed and the performers have to find their own way through them. They constantly surprise each other and adapt their ideas to the situation and the reactions of the audience. It is important to keep it fresh and different every time so that the improvised dimension of the experience is not lost. “At some point, when the performers get to know each other very well, they become too clever. Even if the complicity between them is crucial, I insist on them coming back to a more insecure position, to not knowing what is going to happen next. This is the very essence of live arts: to take part in a unique experience that cannot be repeated and be able to say I was there”.

Photos: by Nada Zgank.



Del 9 al 17 de octubre estuve blogeando desde el Festival Internacional de Arte City of Women de Ljubljana, como coordinadora de la sección online del festival Coweb.

Estos son los textos publicados en la web de City of Women:


¿Por qué las mujeres son como los pollos y los pollos como las mujeres? Adivina. Desde su creación en 1997 el colectivo ciberfeminista SubRosa explora la relación entre biotecnología, feminismo y capital global. Un territorio complejo y desconocido que los miembros actuales del grupo, Faith Wilding and Hyla Willis, abordan a través de una conferencia y una performance (a)científica de varias horas de duración. [More]

The Advanced Realities of housing and free culture. A lecture-performance by Conservas. In “Advanced Realities” theater company Conservas presents the housing and the free culture movements in Barcelona through the screening of some of their videos, a multimedia questionnaire and an open discussion. Like in real democracies, the audience can participate. We vote by using a set of colored cards and the results are quickly screened in front of us. As they say: One spectator, one vote. [More]

Someone is watching: Sanne Van Rijn's “Morphotope”.
The 14th City of Women Festival opened yesterday with the performance “Morphotope” by Dutch director Sanne Van Rijn. A clever combination of improvisation, risk and humor that breaks the boundaries of theater and contemporary dance by stressing the very essence of live art: the part of the audience and the experience.
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"Animal's Heaven" by Isabelle Krieg and Marianne Engel.
“Animal's Heaven” can be seen as a natural memorial for those creatures we often run over in our road trips, but also as an attempt to reverse the unbalanced relationship we have with the environment. While the cemetery situation symbolically brings the dead animals back to life, the car -a 23 years old black BMW that has done all the way from Zurich to Ljubljana - is probably passing by after the installation.
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Almost the Same by Julia Bardsley. Like the priestess of a sacred society, she initiates us in the secrets of the creation of the world. In the beginning, there was violence. The bodies of the dead animals, the bones and skeletons, the torture instruments, the blood in her mouth: the archetypes of dominance and destruction are permanently present to remain us that the power to kill was in the core of culture even before language. [More]

Además, puedes leer:
Blogeando desde City of Women, Ljubljana.
Eslovenia, la princesita de los Balcanes.
Y ver las fotos en mi Flickr.

Blogeando desde City of Woman, Ljubljana

RAW&FRESH. Bloging from City of Women Art Festival.

A partir del jueves estaré blogeando desde el Festival City of Women en Ljubljana, Eslovenia. Me han invitado a ser la bloger residente y la coordinadora de Coweb, la sección online del festival.

Vuelo mañana temprano de Berlin a Zagreb (en Croacia) con el pasaporte caducado y la esperanza de que me concedan un permiso especial para viajar hasta la frontera eslovena. “Extensión del pasaporte” creo que lo llaman. En estos casos tener unos dólares en el bolsillo viene bien, es lenguaje burocrático internacional. Pero ya no me da tiempo. Ensayo la cara de pena para los policías croatas.




El título del City of Women este año es genial: simbiosis crudas. En inglés: Raw Symbiosis. Animals, nature, culture. El programa es interdisciplinar y bastante impresionante. Cubre todos los espectros. Bio-arte, bio-poder, bio-política. Investigación genética, políticas mediambientales, ecología. La relación que tenemos con la muerte, los animales y la comida. Globalización, agricultura, propiedad intelectual, patentes sobre la vida... Y en todos los formatos: proyecciones, conferencias, teatro (mucho teatro! y muy experimental!), instalaciones, performances, conciertos (¡muchos conciertos! ¡y muy raros!) y talleres.

Una de las invitadas es la realizadora francesa Isild Le Besco, autora de "Demi-tarif" y "Charly". De la primera dice Chris Marker: “desde À bout de souffle no había vuelto a tener ese sentimiento de frescura y urgencia, hasta que ví Demi-tarif”. También estarán el colectivo ciberfeminista SubRosa (al que pertence Faith Wilding, también miembro del Critical Art Ensemble) que harán una performance-conferencia sobre genética, y Natalie Jeremijenko, especialista en diseño experimental y aplicación de tecnologías al “cambio social no-violento” (con proyectos que van desde la robótica hasta la agricultura). La artista eslovena Pila Rusjan realiza una “durational performance” en su propia casa. Ella se va y el público se queda, con sus cosas, sus recuerdos, su ausencia. La compañia barcelonesa Conservas presenta Realidades Aumentadas, un hibrido entre la actuación y la conferencia sobre las políticas de propiedad intelectual y la llamada cultura libre. Los vídeos son geniales, seguro que la performance también. Y un montón de cosas más: una colección de ropa inspirada en las plantas carnívoras, una pieza de la super performer y directora de teatro británica Julia Bardsley, una furgoneta con videos que recorre Ljubljana (NomadSpace, comisariado por Crazy Curators) e incluso un taller de masajes para perros (que no me voy a perder, aunque no tengo perro, porque seguro que a grandes rasgos sirve también para humanos). Diez días de festival non-stop en una ciudad que creo que es preciosa.

En cuanto la Coweb esté activa añadiré los RSS (por supuesto todo el blogging en inglés! Uf uf uf!). Para abrir boca, se puede pinchar en las imagenes!
Sigo con el resumen de The Ghosts of Berlin, mi “biblia” de introducción a la historia de Alemania. En Berlin -que es tan cool, tan cosmopolita, tan posmoderno- es fácil perder la perspectiva y olvidar que hasta hace 20 años esta era una ciudad partida en dos, que la mitad de los alemanes han vivido parte de sus vidas en un país de la órbita soviética. Algo que por mucho que le dé vueltas me sigue pareciendo ciencia-ficción (como que en este preciso momento estén cayendo bombas en Baghdad) y que, por eso mismo, insisto en tener presente. Ayer 3 de octubre fue día de fiesta en Alemania, se celebraba justamente la Reunificación. Además de los actos oficiales, también se organizaron eventos en contra. ¿Contra qué? les pregunto a mis compañeros de piso. Lo tienen super claro: contra la idea misma de una nación Alemana.
(esto es como asistir de público a una terapia de grupo...).


La frontera entre Alemania del Este y del Oeste (el muro era lo de menos: es lo que aparece con el nº11).

The Ghosts of Berlin empieza con un capítulo dedicado al Muro. Super popular pero no por ello menos anómalo: un monumento “accidental”, una frontera convertida en símbolo. Todavía hoy se discute sobre la idoneidad de conservar sus restos o no, sobre qué zona es la más adecuada para ello (¿el centro? ¿la periferia? ¿en el este? ¿en el oeste?) y sobre qué interpretación darle (¿la división entre dos proyectos políticos enfrentados? ¿la Alemania unida? ¿la victoria del frente occidental?). Casi siempre estas discusiones reflejan la división entre la Alemania del bloque capitalista, rica y vencedora, y la del bloque oriental que siente que su historia es sistematicamente despreciada y silenciada, como si nunca hubiera existido algo llamado RDA. No es una discusión sobre si el régimen político comunista era o no totalitario; (casi) todos los alemanes están de acuerdo en que lo era. El debate reside en que para los berlineses del este, borrar todo rastro de la RDA equivale a privarles de su singularidad, eliminar de la historia los cuarenta años durante los cuales sus vidas fueron distintas. Es un debate sobre la pluralidad y las diferencias dentro de la propia sociedad alemana.


Palacio de la República, 1977.

El edificio que más ha simbolizado la división entre el este y el oeste ha sido el Palacio de la República. El Palacio de la República era la sede del "parlamento" de la RDA, construido en pleno centro urbano sobre las antiguas ruinas del antiguo Palacio Real de los Hohenzollern. En 1990 después de la reunificación, el gobierno alemán decidió destruirlo -porque era muy feo, porque era un símbolo del régimen socialista, porque había que darle un aire nuevo al centro de la ciudad- y se encontró con una enorme oposición ciudadana.


Palacio Real, 1920.

La polémica fue tal que en 1993 se organizó una gran exposición sobre la historia de ambos edificios para que los berlineses manifestaran su opinión. Concretamente si querían conservar el Palacio de la República como parte de la historia reciente de Alemania o destruirlo para en su lugar... ¡volver a construir el Palacio Real! De hecho durante una temporada después de la caida del muro, el Palacio de la República estuvo cubierto con una gran lona que representaba la antigua sede de los monarcas. Un debate sobre la relación entre la memoria y el paisaje urbano en Alemania pero también sobre la dificultad de elegir un periodo histórico con el que identificarse. Muchos que estaban de acuerdo con la destrucción del Palacio de la República no querían que fuera sustituido por un edificio real: “Las democracias no necesitan palacios”.

La discusión ha durado años y el Palacio de la República está siendo destruido ahora. Finalmente se reconstruirá una réplica del Palacio Real (al más puro estilo Disneylandia).

Sobre la destrucción del Palacio de la República: Brokedown_Palast en Google Video.


>> Destrucción del Palacio de la República, 2008.

Día a día en Berlin I

Como hace mucho que no escribo en el blog, tengo un montón de posts empezados que no consigo acabar, empiezo a hacer honor a mi fama de rancia y no doy noticias (en francés se dice farouche: es mucho más preciso)... copio unos fragmentos del diario que he empezado en Berlín (sí, sí, un diario a la antigua: psicoanálisisDIY + archivo anti-pérdidadelamemoria).

Esta semana hemos entrado en la que será nuestra casa para los próximos dos meses. En Neukölln, un barrio turco y popular en el sureste (a punto de caramelo para la gentrificación pero parece que hemos llegado un poco antes). Es viejísima y grande, con una decoración muy absurda, me recuerda a mi casa de París. La compartimos con un chico alemán y su hijo de 6 meses pero también con los vecinos que entran y salen como si fuera su casa. Nosotros de la de ellos también (escribo esto en un estudio en la casa de arriba: me han dado un cable de red, una mesa y un silla y no me han hecho ninguna pregunta. Intuyo algún código cultural protestante pero no sé. Yo tampoco hago preguntas. Me encanta su economía del lenguaje).

Cuando decidimos instalarnos Berlin se me había olvidado que desplazar el cuerpo y la vida tiene consecuencias: las cosas más insignificantes se convierten en un mapa de signos desconocidos que no sabes cómo interpretar. Algunas ya te las esperas, como perderte en el metro o que te griten en un idioma que no comprendes (esto está muy bien, yo lo aplicaría como tratamiento obligatorio para prevenir la xenofobia). Otras no. Por ejemplo: enterarte de que puedes encontrar la muerte en un lugar en apariencia tan poco hostil como un carril bicicleta, o comprar crema hidratante pensando que es champú y echartela en el pelo (y descubrir que el suavizante es otro invento de la industria farmaceútica para destruir el planeta) y aprender a ir al super con un diccionario. Total, que se te pone a funcionar la cabeza con la intensidad que la de un niño: en un estado de observación permanente. Esta noche he dormido fatal soñando con los géneros (masculino, femenino, neutro) de las últimas palabras que he aprendido en clase de alemán. No merece la pena buscarle la vuelta de tuerca feminista: es puro random. Una pesadilla.

En Alemania el invierno dura desde septiembre hasta mayo. O mejor: dura de septiembre a noviembre y de abril hasta mayo. Lo que queda en medio (de diciembre a marzo) es innombrable y convierte cada pequeña decisión de movilidad en un acto muy premeditado. Hay que saber a dónde, cómo, para qué, durante cuánto tiempo. Me gusta mucho porque me da una sensación permanente de estar adelantada a mi tiempo. Pero no al estilo de los visionarios, que se adelantan décadas o siglos enteros. No. Yo estoy sólo adelantada unos meses. Como un pájaro migrador que no atiende al calendario sino sólo a la temperatura del aire y la velocidad del viento, a mí se me ha puesto el cuerpo en modo navidad. Como si tener ganas de dormir con calcetines y pensar en comilonas y regalos fuera todo junto. Del tirón he empezado a mirar el precio de los vuelos Berlin-Bilbao en diciembre, a decidir qué prenda extravagante voy a añadir esta vez al guardarropa de mi pobre padre (que como buen vasco sólo se viste de azul marino y gris), a pensar en si voy a repetir la huelga de hambre de los años precedentes (que consiste basicamente en comer lo mismo de siempre y beber muchísimo más, con balances sonados y catastróficos) o voy a innovar con algún método más sofisticado (¿boicotear la sopa de pescado? ¿atarme desnuda al árbol de navidad?). Hablo de ello con mi madre. Pero hija, si todavía estamos en septiembre! Ya ama, pero es que estoy en sintonía con el medioambiente.

(continuará...).